La Fiesta del Sol, una huella imborrable

Hace algunos años, en San Bernardo Info compartimos la historia de Javier y Adriana, dos visitantes de San Bernardo que eligieron tatuarse el nombre de la localidad como muestra de su amor eterno por este sitio. Pero ellos no son los únicos que quisieron, de alguna forma, llevar esta ciudad en la piel.

Darío Alaniz vivía en el oeste del Gran Buenos Aires hasta que en 2007 decidió radicarse en San Bernardo, luego de haber disfrutado muchas vacaciones en el departamento de su familia. “Quería que mis hijos tuvieran la infancia que yo tuve cuando era chico. Y el lugar donde entendí que se podía lograr era acá”, cuenta sobre el sueño que concretó junto a su esposa hace ya más de una década.

“Uno cuando se desarraiga es porque el lugar lo moviliza. Y en un momento sentí la necesidad de expresarlo a través de un tatuaje… Necesitaba poner que éste era mi lugar en el mundo. Y me puse a buscar algo, algún símbolo”, detalla Darío, quien estuvo a punto de cometer un “error” a la hora de elegir qué plasmar sobre su cuerpo, según él mismo recuerda con humor.

Finalmente Alaniz –quien es un incansable luchador a favor del medio ambiente e impulsa la agrupación Amigos del Mar– se decantó por el logo que identifica a la Fiesta Nacional del Sol y la Familia, la tradicional celebración que se lleva a cabo todos los años durante el tercer fin de semana de diciembre. “Analicé lo más representativo que había en la zona y casi sin pensarlo me encontré con la Fiesta del Sol, que para mí es una cosa muy especial, porque parte de las primeras emociones y sensaciones que tuve con esta ciudad fue a través de ella. Ahí me decidí a tatuarlo y la verdad que no me arrepiento ni un poquito: es expresar que es mi lugar en el mundo, que elegí que mis hijos se criaran acá”, subraya.

Dale PLAY y escuchá la entrevista a Darío Alaniz, donde comparte su historia y nos relata cómo llegó a tatuarse el emblema de la Fiesta Nacional del Sol y la Familia: