Como se refleja en las fotos, ante estos eventos naturales es fundamental tener un tratamiento óptimo de los residuos, ya que los cestos están colapsados: bastan unas ráfagas o unas olas fuertes para que los desechos caigan y terminen en el océano, afectando a la fauna marina y contaminando el entorno.
Mientras que vecinos y visitantes tienen que comprometerse a mantener limpio su lugar, es responsabilidad de las autoridades garantizar la correcta y cotidiana recolección de la basura. Más allá del rol que cumpla cada uno, para hacer de esta localidad costera el mejor sitio posible conviene priorizar el bienestar colectivo y no quedarse solamente en las quejas o críticas: uno tiene la libertad de manifestar aquello que se necesita corregir pero suma cuando, desde su lugar, aporta, por ejemplo, no dejando sobre la arena colillas, bolsas, envases ni envoltorios y respetando las normas que prohíben la circulación de vehículos por la playa y la extracción de almejas.
Querer a San Bernardo no debería limitarse a elegir la ciudad para vivir o pasar unas vacaciones, sino a hacer todo lo que esté al propio alcance para potenciar los encantos de este hermoso rincón del Partido de La Costa.
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