¿Alguna vez viste semáforos en la playa? ¿Sendas peatonales? ¿Paradas de colectivos o taxis? ¿Indicaciones de “Alto”, “Prohibido girar a la izquierda” o similares? No. ¿Sabés por qué? Porque la playa no es un lugar apto para la circulación de ciertos vehículos.
Pese a lo que indica el sentido común, la presencia de autos, camionetas y cuatriciclos sobre la arena es una triste y preocupante realidad cotidiana en San Bernardo del Tuyú y otras localidades costeras. Caminar junto al mar, tomar mate en un médano, hacer los típicos castillitos en familia o jugar a la pelota en la orilla se convierten, increíblemente, en actividades de riesgo.
La inconciencia de mucha gente, el desinterés por la vida (propia y ajena) y la ausencia de compromiso con el medio ambiente, sumados a la falta de un control efectivo por parte de las autoridades, generan un combo peligroso que amenaza a vecinos y turistas.
La playa, una avenida para muchos |
Pese a lo que indica el sentido común, la presencia de autos, camionetas y cuatriciclos sobre la arena es una triste y preocupante realidad cotidiana en San Bernardo del Tuyú y otras localidades costeras. Caminar junto al mar, tomar mate en un médano, hacer los típicos castillitos en familia o jugar a la pelota en la orilla se convierten, increíblemente, en actividades de riesgo.
La inconciencia de mucha gente, el desinterés por la vida (propia y ajena) y la ausencia de compromiso con el medio ambiente, sumados a la falta de un control efectivo por parte de las autoridades, generan un combo peligroso que amenaza a vecinos y turistas.