A lo largo del año, la playa es el lugar más elegido para tomar esta infusión en soledad o con amigos y familiares, aunque los kits materos también se lucen en las plazas. Incluso, más de una vez se ha visto paseando por Chiozza a gente con termo y mate en mano.
Ya sea con azúcar, en versión amarga o con agregados para darle un sabor especial, “los verdes” nunca faltan: a diferencia de otras cuestiones, esta costumbre bien argentina no se suspende por vacaciones, así que esta pasión se transmite de generación en generación en todo momento y lugar. Por supuesto, un mate se disfruta más con buena compañía y una vista atractiva y relajante como la que ofrecen los entornos costeros.