Si bien algunos se llevan el termo a la playa para “tomar unos verdes” en soledad mientras relajan la mente mirando el mar, en esta localidad la mayoría encuentra en esta bebida una excusa para compartir charlas, mate de por medio, con amigos, compañeros de trabajo, familiares o vecinos: la vereda, cualquier espacio al aire libre, los hogares y el Parador La Costa suelen ser testigos de infinitas rondas de mate.
Antes de abandonar esta ciudad costera, además, un gran número de visitantes suele comprar bombillas y mates de diferentes formas, colores y materiales con la leyenda “San Bernardo” para llevarse como recuerdo de sus vacaciones.