A nadie le gusta levantarse temprano por obligación y menos para dirigirse rumbo al trabajo, la escuela o la universidad. Pero si madrugar tiene como premio el disfrute de la playa desde primera hora, la situación cambia.
Para aquellos que buscan tranquilidad y relax, no hay mejor momento para acercarse a la orilla que después del amanecer. Poco ruido y grandes extensiones de arena disponibles ofrecen una experiencia diferente a la que se vive a medida que se acerca el mediodía y transcurre la tarde.
El desayuno con vista al mar, la lectura, la pesca y el running son algunos de los placeres matutinos que los madrugadores gozan mientras la mayoría de los turistas duermen, como se puede apreciar en nuestras postales de hoy. Por supuesto, solo se trata de preferencias personales, ya que el horario vespertino también tiene su encanto y sus ventajas. En San Bernardo del Tuyú, en definitiva, siempre es posible pasarla bien.
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