Cuando las condiciones no son las mejores, solo los incondicionales aparecen. En este caso, muy pocos tuvieron la fuerza de voluntad suficiente para abrigarse y llegar hasta los paseos de Costanera o incluso avanzar por la arena para dejarse cautivar por el poder del océano. Gracias a esos entusiastas que se hicieron presentes en la playa por al menos unos minutos, en este domingo 17 de abril el paisaje costero pudo seguir reflejando actividad y movimiento…
Como se puede advertir en la foto tomada en horas del mediodía, San Bernardo puede reflejar por estas horas un panorama bastante solitario, pero jamás será un desierto porque siempre hay enamorados de esta ciudad que visitan cada uno de sus rincones aún en circunstancias que no son las más agradables o adecuadas.
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