Más allá de la presencia de varias nubes en el cielo, los rayos solares logran, cada tanto, hacerse espacio. Por eso mucha gente disfrutó la mañana en la playa, como se puede ver en las fotografías que tomamos antes del mediodía.
Incluso hubo quienes se animaron a meterse en el mar sin prestar atención a los nubarrones y a la brisa. No importa que ya estemos en abril y que avance el otoño: la naturaleza todavía puede sorprendernos y regalarnos la posibilidad de aprovechar el entorno costero. Así, en San Bernardo, los domingos son menos domingos y no hay lugar para la melancolía o la angustia pre-lunes.
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