Eso ocurrió este jueves 19 de mayo en San Bernardo. Cuando la ciudad empezaba a despertarse y la mayoría de los comercios se preparaba despacio para iniciar la jornada, el paisaje costero resultaba ideal para la contemplación.
Las bajas temperaturas hacen que mucha gente prefiera no acercarse al mar. Sin embargo, con el abrigo adecuado, la playa suele garantizar buenos momentos. Imposible no relajarse al apreciar cómo las olas llevan y traen la espuma del mar, por ejemplo. Disfrutar los colores matinales en la orilla, sin dudas, es un plan recomendable durante todo el año, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
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