Tras una breve charla a cargo de integrantes de Surfrider y el reparto de bolsas y guantes, la gente se dividió en dos grupos para realizar la limpieza. Media hora después, ya se habían reunido decenas de bolsas llenas de colillas de cigarrillos, botellas de plástico, envoltorios de golosinas y otros residuos.
Familias, adolescentes (entre ellos integrantes del C.A.J. de la Escuela 4), parejas y grupos de amigos se sumaron al desafío de dejar la playa un poco más limpia. Desde Surfrider señalaron que parte de la basura será reutilizada para la creación de obras de arte.
Completada la recolección de residuos, llegó el momento más esperado: la liberación de cinco pingüinos de penacho amarillo, también conocidos como pingüinos saltarines de rocas, que habían sido hallados por la Fundación Mundo Marino en distintas playas entre San Clemente del Tuyú y Villa Gesell. Dichos ejemplares, encontrados empetrolados y heridos, fueron rehabilitados durante unos dos meses en la sede de la institución.
Con paso tímido, e incluso asustados por la gente y hasta por un perro que se acercó a ellos, los pingüinos llegaron a la orilla y finalmente ingresaron al mar. Unos pocos segundos después, ya habían desaparecido de la vista, reintegrados a su hábitat natural.
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