Colecta y mini-maratón a beneficio de la familia Navarrete

Cuando el barco pesquero Rigel se hundió se llevó la vida de ocho tripulantes, entre los cuales estaba Nahuel Navarrete, un marinero afincado en San Bernardo del Tuyú.

El casco del buque fue detectado pero, hasta el momento, las víctimas de este lamentable episodio siguen desaparecidas y no hay acciones oficiales en marcha destinadas a tratar de recuperar los cuerpos.

Nada se puede hacer para evitar el dolor de sus seres queridos, aunque colaborar desde la parte material ofrece un alivio y le garantiza tanto a sus hijos como a su viuda la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas.

Donación

En este marco, desde el Jardín de Infantes Nº 908 de esta localidad se lanzó una campaña solidaria para que todos los vecinos y visitantes que así lo deseen puedan acercar leche larga vida y productos de perfumería y limpieza que serán donados a la familia Navarrete.

Los artículos se reciben en la entidad educativa situada en Hernandarias 650 (entre Santiago del Estero y Av. Tucumán) de lunes a viernes de 9 a 16 horas. La colecta, según se informó, se extenderá hasta el 4 de septiembre.

Ese día se realizará en el jardín una mini-maratón que estará coordinada por las profesoras Ximena Roldán y Andrea Rubiolo y contará con el acompañamiento de Pablo Forgit.

Sobre el evento deportivo infantil

En conversación con San Bernardo Info, el atleta que desde hace años organiza la Maratón Solidaria Mariano Forgit indicó que esta iniciativa deportiva con fines benéficos se enmarca en un proyecto que se lleva adelante como parte de la octava edición de la competencia, un evento que se hará el 9 de septiembre desde la mañana en Villa Clelia.

Al acercarse a los jardines, la idea es hacer que “los chicos vivan la experiencia de una carrera, donde tendrán remera y medalla” mientras, al mismo tiempo, se deja en ellos la semilla de la solidaridad. En cada institución visitada se solicita a los padres donaciones para ayudar a familias, merenderos o comedores que requieran asistencia. En este caso, los esfuerzos colectivos estarán dirigidos a darle una mano a los herederos de Nahuel, a quienes no les falta ropa ni alimentos aunque sí van a agradecer tener a disposición los elementos anteriormente señalados.

Los seis descendientes del marinero, vecinos de San Bernardo, no merecían perder a su padre, que salió a trabajar y no pudo regresar. Uno puede imaginar cuán desesperante y dolorosa es esa realidad, pero cuando es su hijo mayor el que resume en una tarea escolar el infierno que surge por un combo explosivo de destino, irresponsabilidad e injusticia, ninguna palabra alcanza para consolar o acompañar a quienes sufren en carne viva las consecuencias de esta tragedia que, hasta ahora, no tiene culpables ni respuestas. Es fuerte el texto compartido en las redes sociales por la mamá y la abuela de este niño de diez años: ojalá los gobernantes tomen conciencia y hagan todo lo necesario para ponerle fin a dramas evitables que para algunos son estadísticas y, para la sociedad, vidas que se pierden y se arruinan para siempre.