Hasta el infinito… ¡y mucho más allá!

La playa, bajo un cielo gris

No hay agudeza visual que alcance para descubrir, desde la orilla, dónde terminan las aguas que bañan la costa de San Bernardo del Tuyú. Pero hasta donde se llega a ver (y hasta el infinito… ¡y mucho más allá!), la playa es linda, digna de mirar y cuidar.

No sólo el mar, con el incansable movimiento de las olas, tiene belleza: la arena y el cielo, también. Juntos logran un paisaje armonioso donde el ser humano es bienvenido, aunque nuestra especie se empeñe en romper el perfecto equilibrio natural con acciones perjudiciales, entre las que se destacan la costumbre de circular en camionetas y automóviles por la playa, la extracción de almejas y la contaminación en todas sus formas. Una verdadera pena arruinar tan linda vista con prácticas egoístas que resultan dañinas para todos.

Vale la pena que cada uno, desde su lugar, reflexione y cambie la mentalidad para ser responsable de sus actos, dar buenos ejemplos y generar conciencia social en el cuidado del planeta. Este paisaje, aún cuando luce gris porque hoy en San Bernardo fue un viernes de cielo cubierto, truenos y algunas lluvias, merece nuestros mayores esfuerzos para protegerlo y conservarlo.

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