Quien tuvo el privilegio de compartir durante la niñez días en la playa con mamá seguramente recuerde las ineludibles sesiones de aplicación de protector solar antes de acercarse a la arena, el uso obligatorio de gorrito o gorra aunque esté nublado y los consejos constantes para minimizar los riesgos en el mar.
Ya en la adolescencia, el sello de mamá comienza a aparecer en la preocupación por la vida nocturna y por los romances de verano. En la adultez, por supuesto, el vínculo madre-hijo vuelve a cambiar, aunque el descendiente nunca dejará de ser chico a los ojos maternos.
Aunque en ciertos momentos de la vida, mamá puede resultar algo cargosa, siempre terminamos descubriendo el cariño infinito detrás de cada una de sus acciones. Por eso vale la pena agradecerle, hoy y siempre, su acompañamiento permanente, y honrarla una vez que ya no está físicamente.
Desde San Bernardo Info les deseamos a las mamás que pasen un excelente día: sobre todo, a aquellas que eligen pasar sus vacaciones en San Bernardo o que crían a sus retoños en esta hermosa ciudad costera.
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