
Una oportunidad de empleo a cientos de kilómetros del hogar que la familia 
Balducci compartía en 
Avellaneda y que su padre aceptó, marcó para siempre el destino de 
Leandro, quien a temprana edad desembarcó en el 
Partido de La Costa, la región donde aún sigue escribiendo su historia de vida.
Cuatro años habían pasado desde su nacimiento, un acontecimiento que tuvo lugar el 5 de diciembre de 1983, cuando 
San Bernardo del Tuyú lo recibió por primera vez. Por ese entonces en este distrito se requería un oftalmólogo para trabajar de manera estable y 
Horacio, su papá, aceptó ese desafío que le dio un gran reconocimiento dentro de la comunidad ya que, al principio, 
“trabajó en todas las localidades”, tal como recuerda su hijo menor en conversación con 
San Bernardo Info.
El clan, que modificó su lugar de residencia pero mantuvo su unión, se completaba con 
Beatriz, su mamá, y 
Karina y 
Pablo, sus hermanos. 
“El único que se vino de chiquito fui yo, por eso hice toda la parte educativa acá”, señala este licenciado en Comunicación Social que, con el paso del tiempo, fue profundizando sus lazos con 
San Bernardo, la ciudad que fue escenario de sus aventuras infantiles, sus hobbies de la adolescencia, sus alegrías, sus tristezas, sus decepciones y sus satisfacciones.